Por excepción, el Intendente autoriza construir otra torre en Punta Mogotes

A pesar del rechazo de los vecinos, el intendente Pulti elevó al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para autorizar la construcción de otra torre en la Avenida Martínez de Hoz y Acevedo. 

“Autorizando a los Sres. Francisco Juan José, Eugenia Agustina y Nicolás Adolfo Martignone la excepción de normas urbanísticas del COT en edificio destinado a vivienda multifamiliar de 12 pisos ubicado en Av. Martinez de Hoz Nº 2405 en esquina con las calles Acevedo y Lebensohn”, dice la caratula del expediente Nº 1209 que hace pocos días ingresó al Cuerpo Legislativo.

Según se refleja en el proyecto, al cual 0223 tuvo acceso, el predio donde se pretende construir otra torre posee una superficie de 1.154,10 m2. “El proyecto contempla la materialización de una volumen edilicio con altura reglamentaria de tipología de perímetro libre, que utiliza un FOS sensiblemente inferior al reglamentario y se implanta en la parcela adoptando un retiro lateral de 6,05 metros respecto al único eje medianero, cumple con el retiro de frente prescripto por el COT para el frente del Boulevard Marítimo de 5,00 metros, en un edificio que a modo de abanico se abre en la esquina en dirección a la calle Acevedo, sobre la cual prevé un retiro de frente mayor a 3,00 metros”, se detalla en el texto rubricado por el Jefe Comunal y el Secretario de Planeamiento Urbano, José Luis Castorina.

A su vez, se puntualiza que “el tema traído a consideración es la sombra que proyectaría el volumen edilicio en cuestión, que conforme surge del plano de estudio de cono de sombra, y en función de los establecido en el COT, superaría la línea de borde de calzada más el próximo al mar, sólo en el intervalo de las horas astronómicas del solsticio de invierno dado entre las 14.18 y las 15 horas”

“Dicho cono de sombra se sitúa en un sector próximo a una de las bifurcaciones de las vías circulatorias en sentido Sur-Norte que vincula la costanera con la Avenida Fortunato de la Plaza, donde principalmente en época estival circula una fluida cantidad de vehículos y en ocasiones a alta velocidad, con lo cual no son espacios elegidos por el público para esparcimiento o recreación, sólo se utilizan los caminos peatonales para la circulación del público en dirección de los balnearios, alcanzando en primer lugar el borde de la laguna a poco menos de 100 metros, lo cual representa el especio principal a resguardar del área protegida”, se añade en la documentación.

Rechazo de los vecinos: Pulti mira para otro lado

En marzo de 2011, desde la Sociedad de Fomento de Punta Mogotes se manifestó la preocupación por “los eventuales perjuicios que edificaciones ajenas a la identidad del barrio traerían al mismo”.

En una nota presentada ante el Concejo Deliberante, los vecinos reclamaron “la inmediata suspensión de concesiones u otorgamientos de habilitación de obras respecto de edificios multifamiliares en altura” en ese sector del Partido de General Pueyrredon.

En ese sentido, pidieron “la implementación de un sistema permanente de inclusión a los vecinos ante cualquier instancia de modificaciones en los indicadores urbanísticos” y “la revisión de los indicadores urbanos (COT) así como la declaración del área mencionada como ‘de interés patrimonial’ por su importancia turística y la existencia en la zona de los llamados ‘chalets marplatenses’.

Y resaltaron que “da fundamento a esta petición no sólo la necesidad de conservar los rasgos identitarios que han dado una impronta edilicia a este sector de la ciudad, como la impostergable necesidad de adoptar políticas que impidan el impacto negativo que indefectiblemente acarrearán a los vecinos las nuevas construcciones, respecto del abastecimiento de los servicios básicos de agua corriente domiciliaria, efluentes cloacales, provisión de gas natural, energía eléctrica y desagües pluviales, en tanto la sucesiva construcción de edificios aumenta la superficie de hormigón en los suelos por lo que disminuye la cantidad de jardines de la zona. Esos espacios verdes están llamados a absorber las aguas pluviales, de tal suerte que al construirse sobre ellos, cementándolos, las aguas de lluvia buscan salida en las calles, con lo que se saturarán aún más los sistemas existentes, sean pluviales o cloacales en un barrio donde no existen los desagües. En la provisión de tales servicios, la infraestructura zonal actual no es apta para tamaños edificios”.

Además, sostuvieron “la zona en la que vivimos se caracteriza por la presencia de casas bajas, afectadas a viviendas unifamiliares con jardín, sin edificios en altura, adecuadamente soleadas. Y una aún baja influencia de construcciones en altura, por lo que la densidad poblacional existente se ha mantenido baja. Sin embargo, sucesivos proyectos de ordenanzas, como también la creciente idea de que otros barrios están colapsados y que habría que desplazar las inversiones hacia el Sur, más la irresponsable e irracional política de demolición de casas para levantar edificios innecesarios en este sector de la ciudad, nos mueven a esta solicitud”.

“Desde el punto de vista ecológico y ambiental, una característica diferenciadora de esta zona estaba dada por el bajo o inexistente nivel de polución sonora y, en cuanto a olores, se encuentra eventualmente afectada por la existencia de harineras de pescado en situación irregular en el sector del puerto. Los daños ‘transitorios’ que trae aparejada la demolición y construcción ulterior de edificios o la habilitación para construir en lotes en los que anteriormente no se permitía tanta altura provoca, durante un período nunca inferior a un año, la concurrencia de múltiples inconvenientes tales como la aparición y permanencia de ruidos molestos, obstaculización de la vía pública, suciedad en las viviendas vecinas, destrucción de medianeras y cañerías”, añadieron y subrayaron que “estos daños en la mayoría de los casos no han sido reconocidos por las empresas involucradas, lo que ha obligado a los particulares a tener que promover acciones legales, por ante la Justicia de Faltas local y por ante los Tribunales Departamentales, debiendo exponerse el perjudicado a la estresante situación de litigio. Toda esta red de problemas es fuente generatriz de daños y perjuicios que, huelga decir, se tornan más graves cuando en una misma manzana se realizan varias obras a la vez”.

A renglón seguido, puntualizaron “los perjuicios permanentes e irreversibles quedan configurados por la tala de árboles añosos; el aumento de la polución ambiental; el aumento de la densidad sonora, hasta provocar contaminación auditiva; la presencia irreversible de conos de sombra sobre las viviendas existentes; el aumento de la densidad vehicular con los consecuentes problemas en el estacionamiento y tránsito; la pérdida de la intimidad de aquellos que tienen viviendas bajas aledañas (sean o no colindantes); y la brusca alteración de las relaciones vecinales”.

“Es decir, el desmesurado aumento de la densidad poblacional está provocando un serio impacto ambiental. La zona de Punta Mogotes no es una zona preparada para asimilar tamaña mutación edilicia. Su característica de interés turístico hace necesaria su preservación, como también la preservación de su condición de barrio de casas bajas y su tranquilidad. No figuran en los tantos proyectos de reformas al COT ninguna referencia a cuáles van a ser en Mar del Plata los barrios destinados a conservar la característica de baja altura”, dijeron los vecinos y denunciaron: “El desmadre edilicio que innecesaria e irresponsablemente se viene consumando en Mar del Plata”.

FUENTE:
WWW.0223.COM.AR
   Por Carlos Walker